San Manuel Bueno, mártir
de Miguel de Unamuno
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Resumen del texto
- Miguel de Unamuno narra la historia de Ángela Carbanillo,
natural de Lucerna de Valverde, que se enlaza a la vida del párroco Don Manuel, más conocido como San Manuel Bueno Mártir.
- En Lucerna de Valverde vivía Ángela Carbanillo, que
era una estudiante en un colegio de monjas. Estos estudios se los pagaba su hermano Lázaro. Al dejar de estudiar volvió a
su pueblo natal, donde se reúne con sus antiguos amigos, familiares, vecinos y con un personaje destacado en dicho pueblo,
el párroco Don Manuel, más conocido como San Manuel Bueno Mártir.
- Al cumplir los veinticuatro años se le presenta un problema:
su hermano vuelve al pueblo para llevar a ella y a su madre, a la gran ciudad, pero ella no quería irse. Al final se queda
en su querido pueblo.
- Pasado un tiempo, Lázaro tiene problemas con el famoso
personaje, el párroco San Manuel Bueno Mártir, pero consiguen resolver sus diferencias como buenos amigos. Pero queda algo
que crea discordia en Lázaro, y es que su hermana cree que Don Manuel no es creyente.
- Transcurren algunos años, de los que se podría decir
mucho, y Don Manuel, que no era un joven mozo, entra en sus últimos días. Pero antes de morir, Don Manuel le confiesa a Lázaro
que no es creyente, pero no quería que nadie lo supiera, porque sabe que la fe es lo que mantiene las esperanzas en los habitantes
del pueblo. Para Don Manuel lo más importante es creer en la vida y que hay algo después de ella. Y pide que lo lleven a la
iglesia para dar su última misa de despedida. Ya en la iglesia, entre las manifestaciones de dolor del pueblo, recitó el Evangelio
y murió allí mismo.
Después de su muerte, Lázaro lo va a visitar todos los días a su tumba, y dice, en contra de los deseos de Don Manuel,
a su hermana que él no puede creer en Dios, porque no sabe si existe en realidad.
Rasgos del texto
San Manuel Bueno, mártir: es el
personaje principal sobre el que escribe Ángela. Es el párroco del pueblecito. Es muy buena persona, ayudaba a todos, quería
que todos viviesen en paz. Todos los habitantes del pueblo lo querían mucho, especialmente Angela y después Lázaro. A pesar
de ser cura no creía en lo que decía ni en lo que debía haber después de la muerte.
Ángela Carballino: es la mujer
que narra la pequeña historia. Era muy espiritual, creía todo lo que decían, era muy buena y hacia por los demás.
Lázaro Carbanillo: era el hermano
de Ángela. Se fue a América a vivir un tiempo. Al igual que San Manuel, no creía ni tenía fe, esto fue, a lo mejor, lo que
hizo que el cura le descubriese su secreto, llegaron a ser muy buenos amigos.
El espacio es concreto porque
la acción ocurre en Renada concretamente en una pequeña aldea llamada Valverde de Lucerna. Es abierto porque los personajes
se desplazan a varios lugares del pueblo (la iglesia, el lago).
La narración también transcurre
en Madrid cuando Ángela esta estudiando en el colegio de monjas y donde vivió su hermano un tiempo, en América.
En la historia que estamos trabajando
no aparece ninguna fecha, pero se supone que transcurre en un tiempo muy pasado. El libro fue escrito en 1930.
En este caso la narradora en 1ª
persona es Ángela Carballino, que esta escribiendo la biografía de San Manuel, pero que no la tiene que leer nadie.
Al final de la narración
aparece Miguel de Unamuno como narrador omnisciente que termina la pequeña historia sobre el cura.
Nivola
Filosofía, pérdida de la fe
En Unamuno, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhauer, Adolf von Harnack o Sören Aabye Kierkegaard, entre
otros, y una crisis personal (cuando contaba 33 años) contribuyeron a que rechazara el racionalismo, al que contrapuso la
necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter existencial de los hechos. Sus sobre el sentido
de la vida humana, en el que juegan un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia humana)
y de un dios (que debe ser el sostén del hombre), son un enfrentamiento entre su razón, que lo lleva al escepticismo, y su
corazón, que necesita desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre
Algo de contexto
Generación del 98
Es Azorín quien propone la denominación de "Generación del 98", en unos artículos de 1913. Incluye en dicho grupo a
autores como Unamuno, Baroja, Maeztu, Valle-Inclán, Benavente, Rubén Darío, que se caracterizan todos
ellos por su espíritu de protesta y su profundo amor al arte. Entre otras influencias, Azorín señala las parnasianas y las
simbolistas. Aunque la idea fue rechazada inicialmente por algunos miembros de la generación, como Baroja, el concepto se
impone finalmente.
Pedro Salinas ya aplica en un ensayo de 1935 al 98 el concepto de "generación literaria", que establece unos "requisitos
generacionales":
- 1. Nacimientos
en años poco distantes: 1864-1875
- 2. Formación intelectual
semejante: autodidactismo
- 3. Relaciones
personales: amistad, tertulias, revistas, "Grupo de los Tres",...
- 4. Participación
en actos colectivos propios: homenaje a Larra,...
- 5. Presencia
de un guía: Nietzsche, Schopenhauer, (Unamuno)
- 6. Lenguaje
generacional: ruptura con el lenguaje precedente
- 7. Anquilosamiento
de la generación anterior
La juventud del 98
·
Un espíritu de protesta y rebeldía animaba a la juventud
del 1898, provocado en parte por la actualidad contemporánea de determinadas doctrinas revolucionarias:
UNAMUNO: pertenece al PSOE, marxista
MAEZTU: ideas revolucionarias / anhelos socialistas
AZORÍN: anarquista
BAROJA: simpatías por el anarquismo
Este hecho es un indicio de la crisis de la conciencia pequeño-burguesa. Los jóvenes del 98
conforman la primera generación de intelectuales.
·
En 1910 Azorín manifiesta que cada autor se ha creado una
fuerte personalidad, lo que ha provocado un cambio en sus orientaciones, ideas políticas, sus sentimientos estéticos,... Lo
único que conservan es la lucha por algo que no es lo material bajo; es decir, un anhelo idealista.
Se configura la mentalidad del 98, marcada por los siguientes rasgos:
- 1. Idealismo
- 2. Entronque
con las corrientes irracionalistas europeas: Nietzsche, Schopenhauer è neorromanticismo
- 3. Preocupaciones
existenciales y religiosas: interrogantes sobre el sentido de la vida, el destino del hombre è precursores del existencialismo
- 4. Tema de
España: subjetivismo - anhelos y angustias íntimas: exaltacion redentora, visión impresionista o escepticismo è en el plano
de los valores, ideas y creencias
Los autores mencionados sufren una importante evolución ideológica. Unamuno se encerró cada
vez más en su "yo", Baroja se recluye en un radical escepticismo y Azorín deriva hacia posturas conservadoras. Maeztu se convierte
en seguidor de la derecha nacionalista.
Significación literaria del
98
·
Los noventayochistas contribuyen poderosamente a la renovación
literaria de principios de siglo. Como los modernistas repudian la retórica o el prosaísmo de la generación anterior (con
excepciones). Retrocediendo en el tiempo, Larra fue considerado un precursor. También sintieron una expecial reverencia por
algunos clásicos: Fray Luis de León, Cervantes, Quevedo,... y muestran fervor por la literatura medieval: el Poema de Mio
Cid, Berceo, Jorge Manrique, el Arcipreste de Hita. Estas preferencias explican sus novedades estilísticas. Azorín afirmaba
por ejemplo, que una obra era mejor, cuantas menos y más elegantes palabras hicieran brotar más ideas. Es ésta la primera
nota común del lenguaje generacional, la voluntad de ir a las ideas, al fondo.
·
Otro rasgo común es el gusto por las palabras tradicionales
y terruñeras. Todos los noventayochistas ampliaron el caudal léxico gracias a su conocimiento del habla de los pueblos o de
las fuentes clásicas.
·
El subjetivismo es otro rasgo esencial de la estética del
98. De aquí proviene el lirismo, que desvela el sentir personal de los autores. También de aquí proceden la dificultad al
intentar separar lo visto de la manera de mirar: paisaje y alma, realidad y sensibilidad, que llegan a fundirse íntimamente.
Algunas innovaciones en los géneros literarios
·
En el 98 se configura el ensayo moderno con su flexibilidad
para recoger temas muy variados. Profundas novedades se observan también en la novela. En el teatro los intentos renovadores
no tuvieron apenas éxito
- En suma, la renovación estética de los noventayochistas es tal, y tales
sus logros literarios, que la crítica ha abierto con ellos - y los modernistas - la Edad de Plata (versus Siglo de Oro) de la literatura española.
La generación del 98, a veces asociada con el modernismo literario, reflejó en gran medida las oscilaciones ideológicas
de algunos de sus integrantes, según lo ha estudiado Carlos Blanco Aguinaga en su Juventud del 98 y en no conseguir siempre
resolver el ajuste entre su preocupación por el casticismo (La España castiza) y
el problema español, y las preguntas estrictamente ligadas al ejercicio de la literatura. Este ejercicio sólo fue posible
a través de búsquedas más individuales y en el tránsito hacia propuestas estéticas de las generaciones próximas en el tiempo:
la del 14 y la del 27.
Obra filosófica
Su filosofía, que no era sistemática, sino más bien una negación de cualquier sistema y una afirmación de “fe
en la fe misma”, impregna toda su producción. Formado intelectualmente en el racionalismo y en el positivismo, durante
su juventud simpatizó con el socialismo, escribiendo varios artículos para el periódico El Socialista, donde mostraba su preocupación
por la situación de España, siendo en un primer momento favorable a su europeización, aunque posteriormente adoptaría una
postura más nacionalista.